El ritmo se puede entender como la alternancia de elementos compositivos que se distribuyen en el espacio escénico de manera lógica y ordenada. Es el concepto matemático aplicado al arte, en cuestión de orden, combinación y secuenciación aritmética.
A lo largo de la escena los elementos compositivos fluyen entorno a ejes imaginarios que pueden ser desde cuadriculas, líneas paralelas o distancias equidistantes. Guías por las cuales los elementos configuradores de la composición se sitúan alineados y ordenadamente.
La perspectiva cónica en la fotografía juega un papel muy importante ya que la profundidad crea la alineación de la composición hacia un punto en el horizonte, que va desde el creciente como al decreciente atendiendo al concepto de lejanía.
Las ordenaciones se pueden diferenciar entre la simple alineación de un elemento de forma sumativa y continua; y la alterna donde los figurantes de la escena se ordenan lógicamente y alternativamente según un orden concreto que va desde el más sencillo al más complejo.
En este caso la obra representada se dirige hacia la repetición rítmica lineal. La escena entre la abstracción y la figuración recrea una perspectiva donde la profundidad, el ritmo y el valor decreciente de los forjados nos hacen adentrarnos en la obra. Obra de marcado carácter fotográfico que expresa con sencillez como la secuenciación puede lograr un gran atractivo visual.
Código de barras perceptivo donde el tamizado de las líneas verticales nos muestra una gradación lumínica en la escena, que nos hace sentir presos del momento. La simetría también alcanza un papel importante, los reflejos en el agua crean esta ilusión y dificultan al observador la separación entre cielo y mar.
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Tabla sobre bastidor de madera. Forjado 160cm x 120cm. Acrílico |
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